Mbappé en Estocolmo: La Ruptura del Capitán con su Narrativa

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La escapada del capitán de la selección de Francia por las calles de Estocolmo en pleno partido de los Bleus es una ruptura en la narrativa de Kylian Mbappé. Ya era hora.

Hay un placer culpable en ver a tu ex morder el polvo. Porque nos hizo demasiado daño. Porque nos hizo demasiado bien. La vemos pavonearse, ridícula, en las noches gélidas de ciudades desconocidas. Está acompañada de otras náufragas como ella. Sabemos en el fondo que nos busca o que nos huye. No importa. Sabemos que ella sabe. Madrid, Estocolmo, Ajaccio, Madrid. Nos quedamos dos días pegados a su Insta. Todavía no nos ha borrado. Ella sabe que lo sabemos. Sabemos que ella sabe que lo sabemos. No decimos nada, pero estamos al acecho del traspié que nos dará la razón. Si todas las rupturas son dolorosas es porque nunca escapamos del dolor de haber amado tanto.

La semana pasada, Kylian Mbappé, capitán de la selección de Francia, pasó dos noches en Estocolmo mientras su equipo jugaba un partido de la prestigiosa Liga de Naciones en un estadio húngaro medio vacío y en terreno neutral. La foto del jugador deambulando por la capital sueca no gustó. Adivinando bajo la mascarilla quirúrgica la mirada preocupada de su capitán, el aficionado de la selección francesa fue sorprendido en flagrante negación de la realidad: Kylian prefiere irse de vacaciones antes que acompañarnos en un partido inútil. Muchos se alejaron de esta ventana FIFA (De Bruyne, Vlahovic, Havertz, Vinicius, Lukaku, etc.). Sin embargo, solo se habló de Kylian.

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La relación entre Luis Enrique y los medios de comunicación

¿Cuál es la diferencia entre el trabajo de un entrenador y el de un periodista? Ninguna, en ambos casos, la misión consiste en comentar el trabajo de otros. Luis Enrique, otro reportero del montón .

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11S, Le Pen, Vox, cambio climático, salvajismo, pérdida de autoridad, despolitización, violencia en los estadios, impunidad de los ultras, Procés, despilfarro político, desinterés por el fútbol, piratería, deuda pública, Mediapro, COVID, la guerra en Yemen: es simple, al final de cualquier conversación siempre es culpa de los mismos, «los periodistas». Ya sea porque hablan mal de un tema del que «no saben nada», o porque no hablan de algo que claramente importa. Pero ojo, no estamos aquí para llorar. Ser responsable de todos los males del mundo tiene un punto casi euforizante. Basta con escuchar a un pressófobo como Luis Enrique para salir hasta motivado. El razonamiento es implacable: si todo es culpa de los periodistas, entonces los periodistas deben gobernar el mundo, ¿no? Q.E.D.

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Dime, Rodri, ¿para cuándo la huelga de los espectadores?

Los jugadores no paran de quejarse de los ritmos infernales. La industria del fútbol ha logrado un prodigio: convirtiendo a los jugadores en robots, nos ha convertido a nosotros en máquinas.

Todo bien por aquí, nos divertimos, contamos viejas historias mientras echamos un vistazo al marcador. Que maravillas tardes de fútbol con amigos. Venga, a por otra cerveza. Y de repente, el colega se levanta al estilo ‘Festen’ y suelta una bomba. Esto no tiene sentido «(un jugador no puede jugar) 60 o 70 partidos. Entre 40 y 50 partidos, un jugador puede competir al más alto nivel. Después, disminuyes porque no es posible mantener su nivel físico. Debemos cuidarnos, somos los protagonistas de este deporte, o de este negocio, sin importar cómo lo llames.» Tranquilo Rodri, siéntate. Venga tomate otra cerve. No, el amigo continúa «Si preguntas a cualquier jugador, te dirá lo mismo, es una opinión generalizada entre los jugadores, no solo la de Rodri. Si esto continúa así, llegará un momento en que no tendremos otra opción que parar todo.» Bueno. Antes de volver al fútbol, bajemos un poco el volumen y saquemos chupitos.

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